REVOLUCIÓN

REVOLUCIÓN
"Consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos..."

martes, 31 de enero de 2012

ELOGIO DE LA HUMILLACIÓN

Todos de alguna manera deseamos, en algún momento de nuestra agitada vida, ser personas de bien, alguien a quien la sociedad identifique como ejemplo de ciudadano, padre o madre de familia ejemplar, nadar en un océano de dignidad y caminar lentamente por la senda de la realización personal. He aquí algunos consejos que no pueden dejar de tenerse en cuenta a la hora de aspirar a tan ansiado “status”:
• Por empezar debe andar bien vestido y limpio, vaya de que se lleven una mala imagen de usted (si no tiene para comprar ropa adecuada y no tiene aljibe para juntar agua es su problema);
• Debe ser una persona dócil y tranquila, recibir las caricias sobre la cabeza como si nos la diera nuestro abuelo más querido( si tenemos un perro faldero veremos que se siente);
• Ser agradecido y alabar toda ayuda que venga de arriba, pues deberíamos ser muy desalmados si encima nos pusiéramos a criticar (por más que esa ayuda sea parte de su trabajo y no una condición con devolución a futuro);
• Mantengamos siempre la sonrisa, por más que el viejo no tenga trabajo, que no haya remedios para los niños enfermos, que en el ultimo bajón de luz se haya quemado la heladera (total aquí estamos acostumbrados al calor), el aire y la televisión.
• Entender, sin derecho a cuestionamientos, que las decisiones más importantes las deben tomar los mayores, los de más experiencias, aquellos que conocen los entretelones del problema, pues saben “gambetear” burócratas y aduladores. Ellos siempre tienen la palabra justa y la “mano dispuesta”. No vaya a ser cosa que aparezca un pibe con ideas raras, ambiciones “extremas” y mande tantos años de trabajo al “carajo”.
• No tengamos miedo a pedir, que para eso existe alguien que nos dará; buscar trabajo demanda tiempo y a veces dinero, y además nos volveremos viejo muy rápido. Seamos pedigüeños vocacionales, pues así estaremos haciéndole un favor a quien nos “da”, pues dirán de él que es una persona caritativa y bondadosa, dispuesta y noble y con un corazón más grande que una casa.
• El tema de las necesidades es una materia a cumplir: siempre debemos necesitar algo, vaya que queden sin trabajo los dadivosos de turno.
• Debemos ser comprensivos cuando alguien nos viene con el chisme de que “fulano lo puso a su hijo, a su hermano, a su tío, a mengano en tal o cual cargo”; eso es realmente amor familiar, piensen que su accionar puede dignificar el apellido y la familia. No seamos pesimistas y criticones, que así no se construye una sociedad.
• Y cuando hablamos de prioridades no nos hagamos los Salomones: primero están los intereses personales, luego los de la familia, después los de los amigos y si llegara a sobrar algo los podemos repartir con la comunidad.
• Debemos aprender que para que una sociedad sea progresista debe apostar a que el pueblo se divierta como en un circo y sea feliz, no le falte el “pan” de cada día; luego podría verse si se levanta algún monolito o cartel de quien los hace feliz, y por si llegara a sobrar algo se podría pensar en la salud, la educación o la cultura.
• Aprendamos a cerrar el pico que no somos pájaros cantores (y ya tenemos bastantes por estos lares) y el bullicio avícola distrae a los que trabajan por una sociedad equitativa y justa.
En definitiva, entendamos, no seamos tan “burros” que solo de esta manera, cumpliendo con estos requisitos podremos aspirar a una sociedad más plena, distributiva y solidaria. Por ahí algún despistado creerá que hacer esto sea humillarse un poco pero ¿quién no se ha humillado alguna vez? Aprendamos a hacer los deberes y a respetar a los mayores, aun cuando algunas veces se equivoquen, pues son los únicos que nos pueden llevar de las manos y hacernos cruzar la calle. Claro que esto siempre y cuando estemos “calladitos” y nos “portemos” bien.
Fabián Mancilla, enero 2012

jueves, 5 de enero de 2012

EL RECAMBIO GENERACIONAL

Asistimos actualmente a un momento histórico en la tan vapuleada vida de nuestro país. Vemos a través de los medios (hoy un cachito más democráticos) como se perciben vientos de cambio y con ellos muchos de los jóvenes que antes no tenían ni siquiera la esperanza, hoy sienten que la utopía es posible. El proyecto oficialista nacional debe tener infinidad de baches, varias manchas, si nos ponemos a indagar minuciosamente, pero díganme ustedes ¿hace cuánto tiempo que los jóvenes no tenían la participación en cuestiones políticas como la tienen hoy? Desde aquella tumultuosa década de los ’70, desde aquellos pequeños quijotes, en muchos casos “perejiles”, que no se oían murmullos juveniles (equivocados o no) que voceaban: “…aquí estamos, queremos ser parte de la cuestión nacional...”Así atravesamos los terribles años del “Proceso…”, la boicoteada democracia alfonsinista, los nefastos años ’90, donde el país se ofrecía al mejor postor, hasta el polvorín que fue el 2001, la sucesión de presidentes hasta llegar a los que muchos llamaron( y hoy podemos decir con justicia) la primavera Kirchnerista. Agrupaciones como La Cámpora, Victoria Donda de Libres del Sur, Juan Cavandié, el joven Goya aquí en el Chaco son muestras de que la juventud está despertando(o la están dejando despertar).
En las pasadas elecciones para intendente en la localidad de Pampa del Infierno se presentaron cuatro listas y en tres de ellas se podía observar a jóvenes integrándolas y comprometidos con la realidad de su pueblo. Aquí también pudimos percibir a algunos jóvenes asomándose tímidamente, pero con poco ímpetu. Toda sociedad para crecer necesita de personas con mentes que se adapten a los nuevos tiempos, es decir, necesita del recambio generacional. Es cierto que la experiencia es importante en la vida pero hoy la sociedad es tan cambiante que necesita de ideas nuevas, aportes generacionales que entiendan las nuevas miradas, como por ejemplo la de la tecnología. Y también está la cultura. A partir de ella los pueblos pueden realizarse y sentir que están vivos Eso es lo que falta aquí en Avia Terai, un recambio generacional. Existen jóvenes con mucha capacidad, con visión progresista e innovadora pero muchos están dubitativos, descreídos, no confían en la dirigencia política que no siempre ha respondido correctamente, y ese es el desafío para estos nuevos tiempos que corren. Necesitamos una juventud nueva, y cuando digo juventud nueva hablo de jóvenes de dieciocho a treinta y pico de años, jóvenes con empuje y con ganas de realizarse, pues ustedes bien saben que las ganas no son las mismas a los veinte que a los cuarenta o cincuenta años, se los puedo asegurar. Y aclaremos, nadie es imprescindible, todos de alguna manera necesitamos del otro; no se puede construir una sociedad progresista, equitativa y justa sin el concurso de la experiencia matizada con la juventud; esta misma revista es producto de mentes tan disímiles como la de un viejo de 71, un jovato de 40 y un joven de 21.
Por eso, propongamos, fomentemos como personas lógicas y coherentes con la realidad en que vivimos, a que los jóvenes se involucren en política, ayudemos a que renazcan las utopías perdidas detrás de viejos punteros y de brillos pomposos, insulsos y fatuos. Necesitamos urgente un recambio político generacional que ayude a acelerar los procesos culturales, sociales y políticos de nuestros pueblos del interior, en especial el nuestro. Sé que existe material pero necesita de nuestra mano, de nuestro apoyo, de nuestra sincera palmada en la espalda para que se construya sobre cimientos sólidos y duraderos. Ojalá que pronto lleguen por estas tierras esos vientos de cambio y que nos inflamen de compromiso y responsabilidad cívica. Que así sea.
Prof. Fabián Mancilla