REVOLUCIÓN

REVOLUCIÓN
"Consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos..."

lunes, 30 de marzo de 2015

PEQUEÑO POEMA PARA ESTE PEDAZO DE MI TIERRA Una siesta cuasi santiagueña desparrama parsimonia sobre este pedazo de tierra que huele a gringos y criollos. Soy de aquí. Un horizonte de perros rima con hornos calientes, guaridas de panes dorados verdugos de dolientes hambres. Aquí se desbandó mi grito primero, entre diagonales y sueños paternales que pronto se extraviaron entre sudores y desengaños. Aquí soñaron gringos y santiagueños con el dulce sabor de la cosecha y se encandilaron con el brillo del arado; Aquí también murieron esperanzas y renacieron sueños; Aquí, miradas dibujaron mañanas, y voces quedaron colgadas en los horcones del fracaso. Aprendí, con tus calles y tus olores. Bebí la savia que llena los corazones de nostalgias, Bebí el zumo de la “raíz” y me ahogué con el terruño. Por más que quiera, nunca más otro aroma será mío. La pasión, esa que mueve al hombre hacia la aventura, condenó mis pasos al ostracismo de tus calles, mi infancia se exilió. Mis noches lejanas, embargado de hastío, devoraban recuerdos en la vastedad de la distancia. Aprendí a extrañar este pequeño gran suelo que solo importa para mí. Maldije mil veces el sueño herrumbrado de estas calles amplias, ricas en polvos y recuerdos; Tu sal, tu tristeza añeja, desparramó “sufrires” por estos paisajes curtidos de soles y casas bajas. Pero me equivoqué. En el apuro por ganarle a la adolescencia, por llegar a la meta, mi corazón se pobló de incomprensión. La distancia feneció en adioses y el recuerdo dio paso al presente. Volví a ti. Lentamente abrí las puertas a chúcaros potros de esta zurda, que desbocados arrimaron las silabas para susurran tu nombre ancestral: “Aviak nun Tadaek…” En cada esquina de tus laberínticas diagonales atesoré recuerdos que, al armarlos, podrían delatar el relato de mi vida entera. Tus mañanas ebrias de motores, gorjeos y bullicios con olor a campo, maduraron al compás de horas lerdas. Una lluvia, un viejo mateando en la vereda, un perro ladrador, completaron el paisaje de este “Monte Grande”. Amé tus días grises, de lloviznas nostálgicas. Alguna vez (en esos momentos en que todo suena a turbio y húmedo) iniciamos un pacto, “arquitectamos” un futuro. Aquí desenvainé el alfanje para ultimar a mi soledad, aquí ensanché la brecha, amplié el deslinde para que cupieran dos. Aquí mis semillas fueron esperanzas y mis brotes fueron raíces. Aquí encontré el tono a las canciones que durante mucho tiempo solo acercaron tristezas. Aquí uncí mi carro a estrellas que pronto fueron constelaciones. Aquí soy feliz. Me comprometo (con una mano en el corazón y cuando me pueblen las aves, aquellas que vuelan hacia el horizonte) a dejar de heredero al viento, para que cada día, en rito de una lenta procesión, traiga la voz del niño “ese” a cada esquina de estas diagonales rebeldes y castas, diagonales que fatigaron mi felicidad adolescente y siguen encandilando estos tristes y gastados sueños. Fabián, Martes 24 febrero 2015.

jueves, 1 de enero de 2015

VIEJA QUERIDA TOMASA In memoriam Hoy sentí, allá a lo lejos, El tañer de una campana Hoy sentí que muy adentro Un frágil cristal se crispaba. ¿Quién no mira el sol Herido en la madrugada? ¿Quién no escucha al corazón Dulces voces que lo llaman? Hoy se van nuestros secretos Vieja querida Tomasa; ya se angostan nuestras sendas, tú ya empiezas a tomarla. ¿Quién convocará al mate Siesta, tarde o madrugada? ¿Quién recordará los hijos, Frutos dulces de tu alma? La quiniela dormirá, En una negra pizarra Soñará con tu llegada Con los ceros, los cincuenta Con la fija de mañana. Yo sé que no puedes irte Vieja querida Tomasa, Mujer dueña de la vida Maestra, quizás licenciada, Mujer de varios caminos De tantas sendas andadas. Dime que hoy no te vas Vieja querida Tomasa, Dime que solo has dormido Para estar más descansada. Yo te espero en la vereda De tus historias contadas Traigo el mate sin azúcar Para que sanes tus nanas. ¿Puede acaso el olvido Vencer a tantas mañanas? ¿Puede olvidarse una vida Que pudo alumbrar a tantas? Yo sé que estás junto a mí Junto a tantos que te aman En los ojos de Javier, Puede verse tu mirada, En la cara de Raquel una mueca sonrosada, y en el rostro de la Silvia quedó tu infancia marcada; En los gestos de Roberto En los rasgos de su cara, Dejaste una herencia viva, Para ya nunca olvidarla. También en los de Sofía, la niña grande, mimada La dueña de tus corajes, La dueña de sus hermanas, Aquella primera niña que juventud regalaba. José regó tu jardín, tus tardes y tus mañanas regó tus últimos días con todo el amor de su alma, más lágrimas no derramó Porque no pudo encontrarlas. Paola premió tus días De madre joven Tomasa, Fue tu ciega compañía De noches y de alabanzas. Aunque este suave fruto No naciera de tu panza La vida quiso que tú Fueras madre de crianza; Quiso que Cinthia pequeña Niña de muchas batallas Fuera tu hija de amor Fuera tu hija del alma. Una briza da caricias A esta húmeda cara Y un silencio muy profundo Me cruza látigo el alma. Pensé en decirte adiós Pensé en decir hasta mañana Yo no creo en las partidas Cuando el recuerdo me gana. Yo te seguiré esperando Vieja querida Tomasa, Los sábados con asado Los domingos con las pastas, Mucha magia y sobremesa Tangos que tanto gustabas… Lo mío no es despedida Vieja, madre, amiga, suegra; Tu voz permanece en mí, Tu voz suena con la “Negra” ¡Ah! No te inquietes por el “negro” Nieto marca registrada, Sueña en su adolescencia Sueña ebrio de esperanzas; Yo sabré hacerlo hombre En esta ruta del alma, Sabré marcarles senderos Esos que tú indicabas. Cae la noche en nuestro pueblo Un triste gorrión me despierta ¿A quién estás avisando de esta tu grata presencia? Adorméceme el camino Hazme lugar bella suegra, Déjame la llave arriba Para que pueda tenerla. En este muro gastado Yo puedo leer tus huellas Yo puedo observar tu vida Plena de luces y estrellas. ¿Puede acaso ser invierno Quien ha sido primavera? ¿Puede lo oscuro opacar El fulgor de esta gran vela? Gracias por tanto sudor, Gracias por tanta esperanza, Gracias por existir… Vieja querida Tomasa. Fabián, 11 octubre de 2014.