REVOLUCIÓN

REVOLUCIÓN
"Consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos..."

miércoles, 8 de marzo de 2017

A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA MUJER

Con mi mujer y mi hija hablábamos en la sobremesa sobre la situación de la mujer en estos tiempos ya que el momento y sobre todo el día así lo ameritaban. Jessica, mi hija mayor, me decía que existen algunas mujeres que deciden tener un hijo mediante inseminación artificial pero si descubren que el niño que viene es varón, lo abortan. Feminismo extremo. Eso me llevó a pensar que así como condenamos el machismo en todas sus variantes tampoco deberíamos obviar manifestaciones exacerbadas y violentas desde el otro género. Que quede claro que no hago una defensa camuflada del machismo sino que deberíamos ser justos con todas las actitudes que generen violencia, vengan del género que vengan.
El feminismo exacerbado también es nocivo y no difiere para nada del machismo, solo que no existe en porcentaje escandaloso como el del machismo, y es como si se creyera que el supuesto "sexo débil" no puede ejercer violencia. Convengamos también que esta situación del "Ni una menos" se debe a los casos crecientes en los últimos años  de la violencia contra la mujer, producto de nuestra enraizada sociedad conservadora y machista. El dialogo con mi familia me hacia pensar en muchas situaciones que tuve la posibilidad de apreciar: El clásico "usted" con el que la mayoría de jóvenes del interior llamaban a sus padres, en especial al papá, traía solapada una raíz machista, de dominio y control; la clásica frase: "el hombre trabaja afuera, la mujer en la casa, en la cocina y cuidando niños", y tantas otras que habremos escuchados por ahí. Nuestra sociedad nació machista y los nuevos tiempos y las nuevas visiones todavía no logran doblar esa vara perfecta con que se castigaba solapadamente a la mujer. Pocos, muy pocos, son capaces de reconocer la importancia, la capacidad y el valor de una mujer en hechos y no solamente con palabras. Las estadísticas actuales nos hablan de un alto nivel de prostitución, de bajo empleo femenino, de colegios todavía masculinos, de empleo femenino mal remunerado y tantos atropellos contra la mujer que no nos debería parecer extraño los hechos de violencia que suceden ya que el machismo evidentemente esta latente y disfrazado. Días atrás me enteraba por un chico conocido que el famoso panelista de 6,7,8 , Dante Palma tiene una denuncia de su ex novia, por maltrato. Pero lo que es más llamativo es que yo estaba leyendo un libro escrito por este señor llamado "El gobierno de los cínicos". La verdad me causó un poco de gracia pero a la vez indignación ya que la lectura del libro ya se atrofia, más allá de lo interesante de este. Soy un ferviente admirador de la obra de Simone de Beauvour, de Rosa Luxemburgo, de Alicia Moreau de Justo, de Alfonsina Storni y por sobre todo de la obra y pensamiento de Frida Khalo (en cuya memoria una de mis hijas lleva su nombre), mujeres que formaron en mi el respeto y el equilibrio necesario para verlas como iguales. Mi esposa Paola, más de la mitad de su vida fue empleada doméstica, pero cuando nos casamos lo menos que hizo fue quedarse en casa: salió, aprendió y hoy produce fiestas de todo tipo, llevando sobre sus hombros una mínima formación primaria, situación que ni se nota. La decisiones en la familia, las tomamos en conjunto, sin imposiciones de género. Mis hijas intentan experimentar desde chicas las bellezas de la vida, del arte y del conocimiento; libros nunca les faltará. Lejos de una educación castradora y machista dejamos que elijan, se equivoquen, aprendan. me lo enseñó mi madre Antonia, padre y madre muchas veces. Me lo enseñó la vida, la visión de tantas madres solteras que supieron enfrentar el camino de la soledad, el sacrificio y la abnegación sin un hombre al lado.Me lo enseña día a día mi esposa, mujer arrasadora, soñadora y madre como ninguna, y me lo enseñan mis hermanas (tengo dos) quienes día a día hacen surcos en sus sacrificadas y agitadas vidas.
Escribo no solo por ser ocho de marzo, escribo desde una posición critica ante esta sociedad cada vez más violenta contra la mujer, escribo porque conocí y conozco a mujeres ante las cuales me sentí tan ínfimo y que no merecen la indiferencia, ni el desprestigio, ni la imposibilidad de poder ubicarse por siempre a nuestro lado. Felicidades y gracias.
                          Fabián Antonio Mancilla